A un cuarto de siglo desde su estreno, Titanic es una de las películas épicas más recordadas de la historia. No sólo revolucionó la forma de hacer blockbusters, sino que, además, presentó una historia de amor que se ha sostenido en la cultura pop aún con el paso del tiempo. La dupla Winslet/DiCaprio enamoró a propios y extraños y, gracias a su química en pantalla, pero también a los altísimos valores de producción de la cinta, el fenómeno trascendió las barreras de la ficción y rompió la taquilla a nivel mundial (hizo más de 1 800 millones de dólares en su corrida inicial y ha acumulado más de 2 mil millones desde entonces).
Sin embargo, ¿hay algo que su director, James Cameron, haría diferente en esta época para darle un nuevo giro a lo que ya conocemos? La respuesta es: sí, aunque los cambios poco tendrían que ver con el romance al centro de la narrativa. Hoy, después del triunfo de la película en su corrida inicial en la década de los 90, y de la plétora de reconocimientos y galardones, al realizador sólo le preocupa una cosa: el apartado visual.
Durante la conferencia de prensa realizada con motivo del reestreno de Titanic por su aniversario 25, Cameron reveló por qué volvería a hacer los efectos digitales de su celebrada obra.
“Mis impulsos como cineasta, mi estética y todas esas cosas, realmente no han cambiado mucho. Sí, yo no puedo hacer ese experimento 25 años después. Si no hubiera hecho Titanic en ese entonces y la hubiera hecho ahora, estoy seguro de que aún me interesaría la trama. Estoy seguro de que todavía la contaría como una historia de amor. Todavía me enfocaría en las emociones. Aunque, en términos de cómo la hicimos, de las técnicas, todo es diferente ahora. Habríamos usado más CGI”.
Para el realizador, la tecnología de nuestros días es mucho más avanzada, y le permitiría lograr cosas que los sets y la decoración, en su opinión, no pueden lograr. Recordemos que, desde principios de los 90, con Terminator 2, o mediados de los 2000, con Avatar, Cameron ha apostado fuertemente por los efectos digitales y las diferentes herramientas que existen para crearlos.
«Habríamos construido mucho menos sets. Habríamos utilizado un montón de multitudes CGI, porque sabemos cómo hacerlo ahora. Sabemos cómo hacerlo indistinguible de la fotografía real. Por lo tanto, nuestro enfoque sería muy diferente. El resultado final no cambiaría mucho. […] Asumamos que el guion ya existía, pero no lo pudimos hacer hace 25 años y lo hacemos ahora. Filmaríamos el mismo guion, tendríamos los mismos valores de producción, la fotografía tendría el mismo aspecto. Pero no estaríamos construyendo un set de 228 metros de largo y atando todas las luces y cada pedazo de cable en Hollywood».
Agregó que la forma más artesanal de resolver los temas de ambientación es muy notoria en cómo se construyó el barco titular. Sin embargo, reconoce que hoy ya no necesitaría de los efectos prácticos para sentirse satisfecho. Esto dijo:
«Cuando conducías sobre la colina en Rosarito, en Baja, México, y veías ese barco, era como: ‘Hombre, eso es, como el Titanic, está ahí’. Lo veías a kilómetros de distancia. Era una locura. Sí. Por lo tanto, es un tipo de experiencia personal diferente, de satisfacción. Pero no tuvimos que construir Pandora [el mundo de Avatar] para satisfacernos».
En el aniversario 25 de Titanic, una cosa es segura: el espectáculo visual se adaptaría a las necesidades modernas. Pero el amor… ese sigue intacto.
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