El director mexicano Alejandro González Iñárritu regresó a su natal México para diseñar su siguiente proyecto. Lo anterior sucedió poco más de veinte años después de que estrenara Amores Perros (2000), su primera y única película realizada en suelo mexicano. Lleva por nombre Bardo (o falsa crónica de unas cuantas verdades), misma que ha recibido críticas de mixtas a negativas y que Iñárritu señala como racistas.
Las críticas de la Bardo de Iñárritu han sido dispares hasta el momento. Pero muchos fueron los comentarios de la crítica profesional las que acusan al filme y a su director de autoindulgente y pretencioso. El cineasta reaccionó recientemente a los comentarios en una entrevista con Los Ángeles Time, luego del paso de la película por el Festival de Venecia.
«Te puede gustar o no, esa no es la discusión. Pero para mí, hay una especie de trasfondo racista en el que, como soy mexicano, soy pretencioso», dice Iñárritu. «Si no entienden algo, no necesitan culpar a nadie. Chicos, tómense un poco de tiempo y vean todas las capas. Todo artista tiene derecho a expresarse de la manera que quiera sin ser acusado de ser indulgente consigo mismo. Espero que alguien pueda rechazar esa narrativa, que es muy reduccionista y un poco racista, debo decir».
Bardo cuenta la historia del consagrado documentalista Silverio Gama, interpretado por Daniel Giménez Cacho. El también periodista regresa a México tras recibir un prestigioso galardón internacional. En su suelo natal se enfrenta con una crisis existencial rodeada de cosas del pasado, miedos e incertidumbres del futuro, conceptos de identidad, muerte, e incluso la historia de México.
Iñárritu señala que «se muere de risa» cada vez que escucha que un crítico llama a su película «pretenciosa» y demasiado «autoindulgente». El cineasta considera que tiene derecho a explorar su identidad. Bardo ha sido llamada frecuentemente como una especie de obra autobiográfica, muy en la línea de que hiciera Fellini con su película 8 1/2.
«Si tal vez fuera de Dinamarca o si fuera sueco, sería un filósofo. Pero como lo hice de una manera poderosa visualmente, soy pretencioso porque soy mexicano», agrega. «Si eres mexicano y haces una película así, eres un tipo pretencioso. No sé si [los críticos] han leído a Jorge Luis Borges o Jorge Cortázar o Juan Rulfo, pero deberían leer dónde están estos vienen las cosas y nuestra tradición imaginaria de tiempo y espacio combinados en la literatura de América Latina. Esto, para mí, es la base de la película».
Bardo (o falsa crónica de unas cuantas verdades) llegará a los cines el próximo 18 de noviembre y a Netflix el 16 de diciembre.
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