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Juegos inocentes: El director Eskil Vogt habla de la magia y el miedo de ser niño

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Casi dos años después de su premiere mundial en el Festival de Cannes 2021, el thriller sobrenatural Juegos inocentes llegó por fin a salas mexicanas, siendo el segundo largometraje del director noruego Eskil Vogt. Ahí se cuenta la historia de Ida, una niña de 9 años que tras mudarse con su familia a un edificio de departamentos rodeado de bosque y misterio, conoce a Ben, un muchacho de su edad con poderes psíquicos. Sin embargo, lo que de inicio parecía magia llena de inocencia, pronto se vuelve una pesadilla que pone en peligro la via de Ida y de su hermana Anna, quien detrás del autismo que padece, quizás abrigue la clave de su salvación.

Lean a continuación una entrevista con Vogt —compartida en exclusiva a Cine PREMIERE— donde el nominado al Óscar 2022 por Mejor guion original con La peor persona del mundo habla sobre cómo su ópera prima Blind (2014) y sus propias vivencias de cuando era niño influyeron para la realización de Juegos inocentes. Expone también la manera en que trabajó con su joven elenco previo a la filmación y su profundo deseo de que esta película “sople sobre las brasas de la infancia olvidada” del público.

Juegos inocentes: Entrevista con el director Eskil Vogt

Es difícil para los adultos tener realmente ese enfoque infantil. ¿Cómo intentaste aprovechar eso personalmente?

EV: Traté de aprender de mis hijos. Y estaba tratando de recordar cómo eran los lugares donde crecí. Me mudé mucho cuando era niño, por lo que hubo diferentes períodos específicos. Recuerdo un período en el que probablemente tenía cinco o seis años, vivía en un enorme edificio de apartamentos, al lado de un bosque —esto es común en Noruega— y recuerdo la sensación de caminar por esos pasillos o estar en ese bosque. Es fácil recordar la infancia de una manera muy nostálgica, como si siempre fuera una época feliz. Pero también es una época muy aterradora porque hay muchas incógnitas. Hay tantas cosas que no sabes y tienes una imaginación fantástica increíble. Esas cosas se sienten reales, así que ni de adulto he estado nunca tan asustado como cuando era niño.

¿Investigaste con otros niños además de los tuyos?

EV: Sí, hablo con niños todos los días. Pero hicimos un proceso de casting y un taller extremadamente largo y minucioso durante año y medio antes de filmar. Parte de ese proceso fue verificar si los niños que teníamos en el casting tenían imaginación activa, porque eso nos ayudaría. A través de los ejercicios, vimos algunos destellos realmente interesantes de sus pensamientos. Por ejemplo, mostramos las mismas fotos a diferentes niños y se suponía que debían inventar una historia. Y lo que eso reveló de su imaginación y sus mundos internos fue fascinante y estoy seguro de que enriqueció la película de muchas maneras.

El personaje de la hermana mayor es autista. ¿Investigaste familias que viven con autismo?

EV: Sí, lo hice. Una de las primeras cosas que inspiraron la película fue una entrevista con una autora que tenía un hijo con lo que ella describe como “autismo regresivo”. Fue un niño que pudo usar el lenguaje hasta los cuatro años pero luego perdió la lengua y se encerró en sí mismo. Como padre, sentí que debe ser una verdadera pesadilla. Por supuesto que siempre amarás a tu hijo, pero sería difícil no pensar que quizás esté atrapado por dentro. Así que eso se convirtió en parte de la historia.

Juegos inocentes: Entrevista con el director Eskil Vogt

Esta es una producción más ambiciosa que Blind. ¿Cómo te impulsó como cineasta?

EV: Después de Blind, estaba más preparado para el agotamiento que trae el dirigir un largometraje. Con Juegos inocentes, fue un rodaje más largo y sentí que lo manejé mejor. Lo fascinante de hacer películas es que aprendes mucho de cada película. Pero, de nuevo, cada película es un nuevo conocimiento y hay cosas nuevas que nunca antes habías hecho. Eso es lo bueno, siempre encuentras algo en qué enfocar tu miedo.

En Blind, se trataba de si es creíble que ella es ciega, y con esta película, primero se trataba de encontrar niños que fueran creíbles. Necesitas salir de tu zona de confort para ser un buen director. Como guionista, me prohíbo considerar lo difícil que será dirigir algo. No puedes tener esa voz en tu cabeza que dice: “Odio filmar en autos o filmar de noche”. Es demasiado agotador; demasiado restrictivo. Supongo que por eso terminé haciendo una película con cuatro niños pequeños y un gato. ¡Hay historias más fáciles de contar! Cuando te enamoras de la historia y el concepto, estás dispuesto a salir, hacer el trabajo y arriesgarte.

¿Qué esperas que un espectador se lleve de Juegos inocentes?

EV: Pienso mucho en el espectador cuando hago una película, especialmente una como ésta. Quieres estar al borde de tu asiento o [lanzar] un grito ahogado aquí o allá. Pero lo que me alegra especialmente es que la gente hable después de la película sobre la magia de su propia infancia. Quiero que hablen sobre ser niños y experimentar los límites del bien o el mal. Casi todos tienen algún tipo de recuerdo de eso. Me encantaría que la película pudiera soplar sobre las brasas de la infancia olvidada de las personas y hacerles revivir algo de eso y llevarlo con ellos.

Juegos inocentes: Entrevista con el director Eskil Vogt

Juegos inocentes se estrenó en salas mexicanas el pasado jueves 4 de mayo. Pasen AQUÍ para checar en qué complejos del país se exhibe.

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