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Matt Smith: El futbolista, el Doctor y el príncipe de la Casa del Dragón

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A mediados de la década de los 90, lejos de utilizar la TARDIS o un dragón como medio de transporte, un adolescente Matt Smith recorría en coche la kilométrica distancia entre su casa y el campo de entrenamiento. Dos veces a la semana, su padre lo llevaba de Northampton, Inglaterra, al club deportivo Nottingham Forest, donde el muchacho de trece años formaba parte del equipo juvenil. Luego, durante los trayectos de regreso, era común que en la radio del vehículo sonaran canciones de Pink Floyd; la magnificencia de The Dark Side of the Moon apenas equiparable a los propios anhelos de grandeza de Smith. ¿Y qué anhelaba específicamente? Convertirse en el mejor futbolista del mundo.

Matt Smith en La casa del dragón (2022)

Por aquella época —el 21 de diciembre de 1996— fue que Éric Cantona, delantero del Manchester United, anotó el quinto gol en un partido contra Sunderland e inmediatamente reaccionó al rugido del estadio con una memorable celebración: tranquilo, inexpresivo, de brazos abiertos y girando sobre sí mismo. Era un jugador consciente de su magistral dominio del balón, que en lugar de sucumbir a la emoción, prefería detenerse y saborear orgulloso los vítores del público. «Hay un toque de Éric Cantona en todos los actores», declararía Matt Smith dos décadas después (vía Desert Island Discs) apuntando a que el deporte y el histrionismo comparten la importancia de la disciplina, el sacrifico y la superación, pero también una avidez por los reflectores y las adulaciones.

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De cualquier modo, el salto de una disciplina a otra no fue sencillo ni estuvo exento de dolor. Matt Smith tenía apenas 16 años cuando una lesión de espalda (en su quinta vértebra lumbar) le imposibilitó jugar a nivel profesional, so pena de agravar el daño. Por ende, el británico tuvo que decir adiós al sueño futbolístico y definir un nuevo rumbo en su vida. Para entonces, un profesor de teatro le había propuesto incursionar en el mundo actoral, el cual Smith tachaba de «un poco femenino». Sin embargo, pronto descubrió que en los escenarios gozaba de la misma sensación de libertad que percibía en la cancha.

Eventualmente, el novel intérprete transitó por el National Youth Theatre en Londres, además de que realizó sus estudios universitarios en drama y escritura creativa. Ahora, el porvenir de Matt Smith dependía de las tablas e incluso del ámbito audiovisual, desde que en 2007 hiciera gala de su primer papel principal en televisión, a través de la serie dramática Party Animals de BBC Two. Todo gracias a un mentor insistente que lo empujó a las artes escénicas, un padre constante que lo motivó a seguir adelante y una madre atenta con poderes proféticos. «Tú deberías ser el próximo Doctor Who», le comentó en alguna ocasión, justo antes de que la fortuna tocara a la puerta de su hijo.

Matt Smith en Doctor Who (2010-2013)

Cinco millones de dominadas

En otoño de 2008, comenzó la búsqueda del reemplazo de David Tennant, quien había anunciado su salida como titular del programa de ciencia ficción más emblemático y longevo del Reino Unido. El novedoso showrunner de Doctor Who, Steven Moffat, vaticinaba que serían meses de arduo trabajo, sólo para acabar eligiendo a un actor cuarentón. No obstante, en el primerísimo día de audiciones, la tercera persona en desfilar fue un hombre de 26 años, vestido con un saco de lana, de apariencia profesoral, y que ostentaba un peculiar rostro anguloso. “Un joven que la gente vieja construyó de memoria”, diría Moffat (vía The Guardian) y no le cupo la menor duda. Aquella estrella en ascenso, de nombre Matt Smith, estaba destinada a convertirse en el undécimo Señor del Tiempo.

En la primavera de 2010, vio la luz el debut del veinteañero en los zapatos del mítico héroe, convirtiéndose así en el histrión más joven de la historia en interpretarlo. A la fecha mantiene ese récord. «De verdad, fue una buena educación para mí», afirmó recientemente Smith en entrevista exclusiva con Cine PREMIERE. «Los fanáticos de Doctor Who han sido increíbles y me siento muy afortunado de haber sido parte de ese mundo». Un mundo que, en diferentes episodios de la serie, le permitió recordar sus días de futbol mediante un partido amistoso liderado por el Doctor o las «cinco millones» dominadas del personaje con un balón, a modo de pasatiempo.

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Su participación en Doctor Who culminó con el especial navideño de 2013. Dos semanas antes, el 12 de diciembre, Matt Smith había vuelto al teatro en virtud de la adaptación musical American Psycho, dando vida al trastornado protagonista Patrick Bateman. Y a partir del año siguiente, su presencia en pantalla grande presumió mayor recurrencia, con producciones como la ópera prima de Ryan Gosling Lost River (2014), la comedia irreverente Orgullo, prejuicio y zombis (2016) y el thriller de Edgar Wright El misterio de Soho (2021). Sin olvidar, por supuesto, los títulos de franquicias multimillonarias Terminator Génesis (2015) y Morbius (2022), perteneciente al Universo Spider-Man de Sony. Cerca estuvo también de figurar en Star Wars – Episodio IX: El ascenso de Skywalker, pero su papel —que se decía clave para la historia— terminó fuera del guion.

Matt Smith en The Crown (2016-2017)

Por otro lado, Smith alcanzó el segundo rol televisivo más relevante de su carrera en 2016, con el estreno de The Crown, la exitosa serie biográfica de Netflix sobre la reina Isabel II de Reino Unido. En sus dos temporadas inaugurales, el histrión encarnó al príncipe consorte Felipe de Edimburgo, un personaje con el cual se identificaba por atributos como «su carácter deportivo», sumado a su naturaleza combativa y desafiante (vía Variety). Aquella interpretación le mereció una nominación al Emmy en 2018 y reforzó la creencia que tenían dos mentes creativas asociadas con HBO: el futuro de la dinastía Targaryen —o su pasado, mejor dicho— exigía que el otrora Señor del Tiempo viajara a Westeros.

Una moneda al aire

Con motivo de La casa del dragón, serie ambientada dos siglos antes de los eventos acaecidos en Juego de tronos, Matt Smith transmutó en el feroz Daemon Targaryen, hermano menor del rey Viserys y quien aguarda a que la suerte dicte si podrá o no reclamar el Trono de Hierro. Tal incertidumbre acerca de su poderío condujo a que los creadores del programa —el guionista Ryan J. Condal y el autor de los libros originales George R. R. Martin— inevitablemente hayan notado similitudes entre este príncipe y aquél de The Crown. Según reflexionó Condal en entrevista con Den of Geek, Felipe de Edimburgo es el segundo violín de la Reina de Inglaterra y está un poco a la deriva, mientras que Daemon es un alma rebelde que pretende encontrar su equilibrio y su lugar en el mundo.

Sucedió en algún punto que, cuando los responsables del proyecto aludían al susodicho Targaryen, lo describían como «del tipo Matt Smith». Así que, de nuevo, no había opción. Tratándose de un fichaje casi tan obvio como el de Doctor Who, el actor aceptó la oferta de HBO y en mayo de 2021, las primeras imágenes oficiales de La casa del dragón lo exhibían con la distintiva cabellera plateada de su familia ficcional. «Lo que me gusta [de Daemon] es que hay una verdadera ambigüedad», aseveró Smith durante su reciente visita a México. «Nada en él es blanco y negro».

Expuesto de otro modo, la moneda que define si habrá grandeza o locura en la vida de un Targaryen —en el caso particular de este personaje— continúa girando en el aire.

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Matt Smith en La casa del dragón (2022)

Tiempo atrás, la moneda de Matt Smith cayó a favor de la actuación, en parte por voluntad propia, en parte por azares del destino. Sin embargo, él todavía recuerda el futbol como su primer amor. Y de cierta manera, el crecimiento que hasta hoy ambiciona en el teatro, el cine y la televisión sería el mismo que en un universo alternativo habría perseguido mediante el deporte, con vistas a alcanzar una satisfacción similar a la de Éric Cantona, cuando anotó aquel gol hace 25 años. En el primer episodio de La casa del dragón, al sentirse vencedor del torneo, Daemon Targaryen curiosamente emula la celebración del delantero francés: brazos abiertos y rotando sobre su eje, aquí sí sonriente ante las vehementes ovaciones.

De su padre, quien solía llevarlo a sus entrenamientos fuera de la ciudad, el histrión aprendió que «lo más difícil en la vida es adaptarse», pero tienes que hacerlo. Una enseñanza similar era predicada por Oasis, «la mejor banda de rock ‘n roll del mundo», según el propio Matt Smith. «Roll with It», la canción del vocalista Noel Gallagher, poseía un mensaje típico de la agrupación: deja de lamentarte y pon manos a la obra.

Smith lo hizo y actualmente vuela sobre dragones.

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