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Presencias – Crítica de la película

la película presencias con yalitza aparicio

En la película Presencias, Víctor (Alberto Ammann) tiene una habilidad digna de superhéroe. No importa que su esposa haya sido brutalmente asesinada al inicio de la historia; tampoco que –días después—otra serie de eventos perturbadores sucedan en la cabaña familiar, o que un presunto criminal esté al acecho. Víctor SIEMPRE encuentra tiempo para prender la chimenea… sí, con leña, a la vieja usanza.

Luis Mandoki es un cineasta versatil. Fue uno de los primeros directores que en los años ochenta y noventa hizo el crossover a Hollywood con culebrones como Gaby: Una historia verdadera (1987) o Cuando un hombre ama a una mujer (1994). Luego regresó a México, donde presentó Voces inocentes (2004), inquietante drama sobre la Guerra Civil en El Salvador, y La vida precoz y breve de Sabina Rivas (2012) crudo drama migratorio. Tras una década, está devuelta con Presencias, primera incusión en el género del terror y lo sobrenatural, y para ello echa mano de un confiable ganador del Goya a actor revelación (Alberto Ammann), una actriz mexicana nominada al Óscar (Yalitza Aparicio) y todos los clichés del género, desde la cabaña solitaria hasta la ayuda que llega tarde, pasando por los vecinos perturbadores, la policía inepta y letreros pintados con sangre.

La película Presencias con Yalitza Aparicio.

Empecemos por el elefante en la habitación: Yalitza Aparicio. Que éste sea su primer papel tras Roma, hace cuatro años, es una elección cuidadosa y bien pensada. Aparicio no es la protagonista; tiene un papel secundario, pero sus escenas las resuelve con solvencia y naturalidad. Algo similar puede decirse de Gerardo Taracena y Angelina Peláez, con lo cual reiteramos lo que ya sabíamos: Mandoki sabe sacar provecho a sus actores. En todo caso, el gran descubrimiento es la niña Alisson Santiago. La situación es distinta para Ammann (Narcos, Celda 211), quien hace lo que puede con un personaje inverosímil, que no da tregua (aparece en todas las escenas) y lleno de momentos “¡y ahora por qué hace eso?”.

La historia ya la esbozamos: de niño, Víctor presencia el asesinato de su hermana (y su madre) a manos (y garras) de un ente malvado (y acuático) en un lago. Tres décadas después, Víctor es actor, y regresa al pueblo por asuntillos pendientes. Los pueblerinos no lo reciben bien, dado que su padre es un cacique ojete. Esa noche pasa lo previsible: lluvia torrencial, cero electricidad, ruidos extraños, chimenea prendida (obvio)… y el brutal asesinato de su esposa. Pasan meses, Víctor se recupera y regresa solo al pueblo, pues la investigación “va muy lenta”. Ergo, suceden más desgracias… y Víctor sigue prendiendo chimeneas. Si algo se agradece es que la trama no se alarga innecesariamente y que el final genuinamente resulta sorpresivo (aunque no en el mejor de los sentidos). A nivel visual, podemos decir que es un digno representante nacional del género, pero a nivel historia, los clichés la sumergen en el pantano de lo convencional.

Presencias debutó el 6 de septiembre en Cineteca Nacional y el 7 de septiembre en Vix+.

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