OSCAR-2023-premiaciones

¿Pueden sobrevivir las premiaciones televisadas?

OSCAR-2023-premiaciones

¿Vieron los Premios de la Academia de este año? Si la respuesta es que sí, están entre la audiencia cada vez más pequeña que aún sintoniza. Los medios impresos (lo cuales también forman parte de una industria en decadencia) han señalado que las premiaciones de Hollywood han fijado records en las peores maneras posibles. Todo el mundo parece tener una opinón sobre si el problema es solucionable y, de ser así, cuál sería esta solución. Muchos creen que la respuesta está en transmitirlos a través de los servicios de streaming, pero hay muchas más capas en ese dilema que sólo pasarlos por una plataforma.

«El optimista podría mirar la historia del cine moderno y sacar conclusiones esperanzadoras sobre el futuro del cine de prestigio/especialido. Es decir, el tipo de películas que han despertado el interés en las entregas de premios», dice Steven Gaydos, vicepresidente ejecutivo de contenido de Variety. El apogeo del Nuevo Hollywood de los 70 fue seguido por las desafortunadas fuerzas económicas de los 80, que prácticamente estrangularon esos avances creativos. Pero la dinámica escena del cine independiente de los 90 fue otra explosión creativa. Aquella fue casi una respuesta directa a las oportunidades limitadas de los 80, cuando muchos cineastas estadounidenses se vieron limitados por el conglomerado de estudios de Hollywood. Ahora, la tormenta perfecta ha golpeado nuevamente los espíritus y los bolsillos de los premios: Covid-19; el auge de las plataformas de streaming ,las cuales son regidas por algoritmos, y el marchitamiento de la audiencia menor de 30 años interesada en dramas en el cine”.

El Padrino –un éxito entre las audiencias y la crítica– fue la ganadora a Mejor película en la entrega 45 del Óscar.
El Padrino –un éxito entre las audiencias y la crítica– fue la ganadora a Mejor película en la entrega 45 del Óscar.

¿Por qué tuvo tan baja audiencia el Óscar este año?

De la misma forma, ¿no debería la nominación de éxitos taquilleros como Top Gun: Maverick y Todo en todas partes al mismo tiempo haber atraído a más espectadores jóvenes y mainstream a los premios? “La transmisión del Óscar con la tercera calificación más baja en la historia acaba de ocurrir a pesar de la inclusión de éxitos que recaudaron miles de millones de dólares en la terna de Mejor película”, responde Gaydos. “Una dieta forzada de ingeniosos éxitos de taquilla y fábulas sociales bien intencionadas pero triviales y la creciente desaparición de las salas de cine como una experiencia cultural divertida, sexy, vital, catártica y desafiante de la mayoría de edad: simplemente no es una combinación ganadora para la temporada de premios. ”

Los estudios y las redes se apresuran a culpar a la pandemia de la caída en picado de los índices de audiencia, y no hay duda de que la ausencia de alfombras rojas animadas y multitudes coloridas agotaron la energía de los índices de audiencia de televisión. Pero la disminución de la audiencia comenzó mucho antes que el Covid.

La transmisión de los Óscar mejor calificada en la historia fue en 1998, el año en que Titanic ganó como Mejor Película. Aquella tuvo más de 55 millones de espectadores y desde entonces ha sido una caída. Este año, los Oscar registraron solo 10,4 millones de espectadores.

Todo en todas partes al mismo tiempo fue la gran ganadora este año.
Todo en todas partes al mismo tiempo fue la gran ganadora este año.

Todas las celebridades están en todas partes al mismo tiempo

Entonces, ¿cuál es la respuesta? En gran mediada los expertos están de acuerdo en que este año los Óscar fueron más amables y gentiles y, por lo tanto, fueron demasiado seguros. Para muestra, el titular de USA Today con la crítica Kelly Lawler: “¿Sin bofetadas, sin problemas? A los Óscar les gustaría hacer como que todo en todas partes está bien”. David Nemetz de Yahoo Life estuvo de acuerdo: «No, nadie recibió una bofetada en los Óscar de este año, pero, de nuevo, hay algo interesante en permitir un poco de caos sin guion».

En 1953, cuando los Premios de la Academia se televisaron por primera vez, los fanáticos sintonizaron para tener la rara oportunidad de ver a todas sus celebridades favoritas bajo un mismo techo. En contraste, hoy puedes ver a las mismas estrellas en Instagram… así que tal vez los programas de premios simplemente no se sienten como algo especial. A menos que suceda algo realmente de interés periodístico o controvertido.

Aún así, el Óscar hizo historia este año

Sí, hubo algunas primicias históricas en los Óscar este año en cuanto a diversidad y fue genial ver a dos actrices mayores obtener el reconocimiento que se merecen. Pero en lo que respecta a la inclusión general, todos los espectáculos de premios aún tienen un largo camino por recorrer. La contraparte británica de los Óscar, los BAFTA, se enfrenta a una reacción violenta por el hecho de que todos los ganadores de sus premios este año fueron blancos. Es irónico porque los Globos de Oro aguantaron una vergüenza pública de un año al ser etiquetados como racistas por la falta de un solo miembro negro. Y, aunque la Asociación de Prensa Extranjera ha aumentado el número de miembros de su cuerpo de votantes, históricamente siempre ha tenido la población más diversa (actualmente 52% de sus miembros son mujeres y 51.8% del total es diversa en cuanto a raza y etnia): un logro singular en el Hollywood de hoy.

Aunque la Academia ha hecho algunos avances desde la controversia de los «Oscar So White» hace unos años, los detractores se apresuraron a señalar que no había directoras nominadas este año. Pero es una pendiente resbaladiza. Sólo hay cinco espacios para completar en cada categoría, excepto Mejor película, que tiene diez.

Como votante, si uno ama diez películas, pero sólo puede nominar a cinco directores: ¿su decisión de votar debe basarse en el trabajo que más admira o en llenar las cuotas?

Andrea Riseburough en la película To Leslie.
Andrea Riseburough en la película To Leslie.

Esta misma situación ocurrió con las nominaciones a Mejor actriz de este año. La improbable Andrea Riseburough inesperadamente obtuvo el quinto lugar por su papel en la película independiente de bajo presupuesto To Leslie, un lugar que la mayoría pensó que sería para Viola Davis (La mujer rey) o Danielle Deadwyler (considerada favorita por su papel en Till: justicia para mi hijo). Sin un gran presupuesto promocional de estudio detrás de Riseburough, algunos pesos pesados de Hollywood, como Jennifer Aniston y Charlize Theron, hicieron campaña personalmente para que se viera la película.

La nominación resultante excluyó a las dos contendientes negras y la nominación de Riseburough se investigó por cuestiones éticas, pero finalmente se mantuvo. (Las otras nominadas fueron Cate Blanchett, Ana de Armas, Michelle Williams y Michelle Yeoh). La pregunta era y es: si los cinco nominados finales merecían estar allí, como lo hicieron Davis y Deadwyler, ¿cuál debería haber sido el criterio para tomar la decisión? Vale la pena señalar aquí que la última vez que una mujer de color ganó el premio a Mejor actriz en los Premios de la Academia fue en 2002, cuando Halle Berry ganó por su papel en Monster’s Ball, convirtiéndose así en la primera y última mujer negra en recibir ese honor hasta el momento.

Cuestión de género… y controversia

Otro problema creciente ha sido el argumento de que los personajes homosexuales o trans solo deben ser interpretados por actores homosexuales o trans. En algunos casos parece un punto válido, pero entonces, ¿dónde debería dibujarse la línea? Es fácil ver cuando se trata de un error de juicio obvio, como Scarlett Johansson interpretando a un personaje asiático o aceptando el papel de un hombre trans.

Esto nos lleva a la campaña para neutralizar el género en los premios de actuación. En los últimos años, algunos espectáculos de alto perfil como los Grammy, los MTV Movie Awards y los Independent Spirit Awards cambiaron a categorías de desempeño neutrales en cuanto al género, mientras que los Tony, los Óscar, los Emmy y los Globos de Oro continúan dividiendo las nominaciones por género. Esto último ha resultado en que algunas personas no binarias sean nominadas en categorías que no reflejan su identidad. Hablando con la prensa en el backstage de los Óscar luego de su victoria como Mejor actriz de reparto, Jamie Lee Curtis declaró que quiere ver más inclusión en las entregas de premios. “Obviamente me gustaría ver a muchas más mujeres nominadas para que haya paridad de género en todas las áreas, en todas las ramas”, dijo. “Por supuesto, la inclusión implica la pregunta más importante, que es, ¿cómo se incluye a todos cuando hay opciones binarias? Como madre de una hija trans, lo entiendo completamente. Y, sin embargo, eliminar el género de las categorías también me preocupa, pues disminuirán las oportunidades para más mujeres, que es algo en lo que también he estado trabajando arduamente. Es una pregunta complicada, pero creo que lo más importante es la inclusión y más mujeres. Básicamente”, dijo riendo, “simplemente más mujeres en toda partes, todo el tiempo”.

Entonces, ¿cuál es el futuro de las entregas de premios? “Si lees los archivos de Variety”, dice Steve Gaydos, “verás que el vodevil alguna vez fue la experiencia cultural central del día a día para la mayoría de los estadounidenses. En consecuencia, un pesimista pregunta: ¿cuántos actos de malabares has ido a ver últimamente? Mientras el optimista se entusiasma: «Todo en todas partes al mismo tiempo» fue una explosión, un éxito y el Óscar a la Mejor película. ¡El futuro se ve genial!»


The Future of Awards Shows

Did you watch this year’s Academy Awards? If the answer is yes, you’re among the shrinking audience that still tunes in. Print media (itself a dwindling entity) has been quick to point out that Hollywood award shows have been setting records in all the worst ways, and everyone seems to have an opinion on whether the problem is fixable and if so, what’s the solution. Many believe a move to streaming services is the answer, but there are many more layers to the dilemma than simple platform delivery.

«The optimist might look at modern film history and draw hopeful conclusions about the future of prestige/specialty cinema, ie the kinds of movies that have driven interest in awards shows,” says Steven Gaydos, Variety’s Executive VP of content. “The 1960s/70s heyday of the New Hollywood was followed by the unfortunate economic forces of the ’80s that fairly strangled those creative advances. But the dynamic Indie film scene of the ’90s was another creative explosion, almost a direct response to the limited opportunities of ’80s American filmmakers who were handcuffed by the newly conglomeratized Hollywood Studios. Now the perfect storm of Covid, the rise of the algorithm-ruled streamers and the withering of the under-30 viewership for theatrical dramas, has again battered the spirits and pocketbooks of the awards-friendly filmmaking sector.”

But then conversely, shouldn’t the nomination of blockbuster hits like Top Gun: Maverick and Everything Everywhere All At Once (EEAAO) have attracted more mainstream and younger viewers to the awards? “The third-lowest rated Oscar telecast in history just happened despite the inclusion of multi-billion-dollar-grossing hits competing for Best Picture honors,” Gaydos responds. “An enforced diet of slick blockbusters and well-meaning but platitudinous social fables and the increasing disappearance of the movie theater as a fun, sexy, vital, cathartic, challenging coming of age cultural experience, is just not a winning combination for awards season.”

Studios and networks are quick to blame the pandemic on the plummeting ratings, and there is no question that the absence of lively red carpets and colorful crowds drained the energy from TV ratings. But the decline in viewership was happening long before Covid. The highest-rated Oscar broadcast in history was 1998, the year Titanic won Best Picture with over 55 million viewers, and it’s been a downward slide ever since. This year the Oscars clocked only 10.4 million viewers.

So what’s the answer? Pundits have largely agreed that this year’s kinder, gentler Oscars played it almost too safe, with headlines like USA Today’s from critic Kelly Lawler: “No slap, no problems? The Oscars would like to pretend that everything everywhere is fine.” David Nemetz from Yahoo Life concurs: “No, no one got slapped at this year’s Oscars but then again, there’s something to be said for a little bit of unscripted chaos.”

Back in 1953 when the Academy Awards were first televised, fans tuned in for the rare opportunity to see all of their favorite celebrities under one roof, whereas today you can see the same stars posting on Instagram, so maybe awards shows just don’t feel as special. Unless, that is, something really newsworthy or controversial happens.

Yes there were some historic firsts at the Oscars this year, diversity-wise, and it was great to see two older actresses get the recognition they deserve. But as far as across the board inclusion goes, all of the awards shows still have a long way to go. The British Oscars counterpart, BAFTA, is facing backlash over the fact that all their award winners this year were white. Ironic because the Golden Globes endured a yearlong public shaming labeled racist for lack of a single “black” member, and while the association has increased their voting body numbers, the membership has historically always been the most diverse (currently 52% female and 51.8% racially and ethnically diverse), a singular achievement in Hollywood today. And while the Academy has made some progress since their Oscars So White controversy a few years ago, naysayers were quick to point out that there were no female directors nominated this year. But it’s a slippery slope. You have only five slots to fill in every category except Best Picture, which has ten. As a voter, if you love ten films, but can only nominate five directors, should your voting decision be based on the work you most admire or on filling quotas?

This exact situation happened with this year’s Best Actress nominations, when longshot Andrea Riseburough unexpectedly snagged the fifth slot for her role in the low-budget indie film “To Leslie” – a slot most thought would go to either Viola Davis (Woman King) or Danielle Deadwyler (considered a frontrunner for her role in Till). Without any big studio promotional budget behind Riseburough, Hollywood heavyweights like Jennifer Aniston and Charlize Theron campaigned personally to get the film seen. The resulting nomination left the two black contenders shut out, and the Riseburough nomination scrutinized over ethical concerns, but eventually allowed to stand. (The other nominees were Cate Blanchett, Ana de Armas, Michelle Williams and Michelle Yeoh.) The question was and is, if all five of the final nominees deserved to be there, as did Davis and Deadwyler, what should have been the criteria for making the decision? It’s worth noting here that the last time a woman of color won Best Actress at the Academy Awards was 2002, when Halle Berry won for her role in “Monster’s Ball” as the first and last black woman to ever receive that honor.

Another growing issue has been the argument that gay or trans characters should only be filled by gay or trans actors. In some cases it seems a valid point, but then, should only a dying man play a dying man? Should only straight actors be cast in straight roles? Turn on your TV and an overwhelming percentage of English and Australian actors are starring as Americans in a preponderance of new series. Where should the line be drawn? It’s easy to see when it’s an obvious error in judgement – like Scarlett Johansson portraying an Asian character or accepting the role of a trans man. But when is ‘woke’ too ‘woke’?

Which leads to the campaign to gender-neutralize acting awards. In recent years, some high-profile shows like the Grammys, the MTV Movie Awards, and the Independent Spirit Awards, have switched to gender-neutral performance categories, while the Tonys, Oscars, Emmys, and Golden Globes continue to divide nominations by gender, resulting in some non-binary actors being nominated in categories that don’t reflect their identity. Speaking to the press backstage at the Oscars following her Best Supporting Actress win, Jamie Lee Curtis stated that she wants to see more inclusivity at awards shows. “Obviously I would like to see a lot more women be nominated so that there’s gender parity in all the areas, all the branches,” she said. “Of course the inclusivity then involves the bigger question which is, how do you include everyone when there are binary choices? As the mother of a trans daughter, I completely understand that. And yet to de-gender the categories also, I’m concerned will diminish the opportunities for more women, which is something I also have been working hard to try to promote. So it’s a complicated question but I think the most important thing is inclusivity and more women. Basically,” she laughed, “just f**king more women anywhere, anytime, all at once.”

So what IS the future of awards shows? “If you read the Variety Archives,” says Steve Gaydos, “you’ll see that vaudeville was once the central day to day cultural experience for the majority of Americans. Accordingly, A pessimist asks, How many juggling acts have you gone out to see lately? While the optimist enthuses,: «Everything Everywhere All At Once» was a blast, a hit, and the Oscar Best Picture. The future looks great!»

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