Emily Carey, quien interpreta a la joven Alicent Hightower en La casa del dragón, habló recientemente del miedo inicial que sintió en torno a filmar escenas íntimas para la serie de HBO.
Fuera de spoilers mayores, cabe señalar que el cuarto episodio del show precuela de Juego de tronos —emitido el domingo 11 de septiembre— mostró un momento de coito entre Alicent y el rey Viserys I, encarnado por Paddy Considine. Al final, la escena se resolvió sin valerse de desnudos a cámara y sin ninguna representación de brutalidad. No obstante, es sumamente comprensible que la emulación del acto sexual en cualquier producción fílmica o televisiva conlleve cierto recelo, más aún considerando la fama de violencia gráfica en torno a la serie original.
En entrevista con Newsweek, Emily Carey rememoró que durante la preproducción de La casa del dragón, siendo ella todavía una menor de edad, decidió ver Juego de tronos por primera vez. Y ante ese mar de escenas sexuales tan explícitas y abusivas (en la ficción), evidentemente la histrión terminó “asustada” al suponer que se le exigiría rodar ese tipo de material.
“Por supuesto, en la primera temporada, e incluso en el primer episodio de Juego de tronos, hay mucha violencia contra las mujeres”, señaló Carey. “Hay mucho sexo violento, y eso me puso nerviosa. Yo estaba como: ‘Oh Dios, ¿qué tendré que hacer en este show?’”
Según contó la misma actriz, las primeras escenas que leyó de su personaje fueron justamente esos momentos de intimidad junto a Paddy Considine. No era sólo el sexo, sino también una situación en la que Alicent daba un baño de esponja a Viserys.
“En ese entonces, todavía no había conocido a Paddy. No sabía lo alegre que era y lo fácil que él haría [esas escenas para nosotros]. Todo lo que veía era, ya sabes, un hombre mayor de 47 años y yo. Estaba un poco preocupada”, confesó la londinense.
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El rodaje de La casa del dragón inició en la primavera de 2021, cuando Emily Carey tenía ya cumplidos los 18 años de edad. Y fue durante la producción que su miedo desapareció, gracias a que, por un lado, Ryan Condal y Miguel Sapochnik —showrunners de la serie— lograron que el elenco se sintiera “increíblemente seguro y a salvo”, de acuerdo a la misma intérprete.
Sobre esa línea, Carey aplaudió también la labor de las y los coordinadores de intimidad, con quienes siempre hubo confianza para “hablar de todo” al momento de ensayar o filmar escenas íntimas de La casa del dragón, sin que ella se sintiera incómoda o rechazada.
“Nunca fue nada de eso, fue sólo ese diálogo abierto”, recalcó a Newsweek. “En la sala de ensayo, ella [la coordinadora de intimidad] fue de gran ayuda, y en el set también fue de gran ayuda. Sí, fue mucho más fácil de lo que pensé que iba a ser”.
A lo anterior se sumaba que el equipo de producción estaba compuesto por “muchas mujeres detrás de escena”. Entre ellas, la directora Clare Kilner —quien justamente llevó la batuta del cuarto episodio del programa— y la guionista Sara Hess.
“Fue algo increíble, y fue empoderador estar en ese set —siendo yo una niña— y recibir el mismo trato que todos estos hombres tan establecidos”, concluyó Emily Carey. “Fue genial. Creo que abordaron esto de la mejor manera que pudieron haberlo hecho”.
La casa del dragón estrena y transmite un nuevo episodio cada semana a través de HBO y de la plataforma HBO Max.
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