Aunque Jennifer Walters (Tatiana Maslany) estaba lista para exponer su caso al jurado, su develación como una mujer de piel verde acaparó toda la atención. En este episodio 2 la protagonista se enterará que ser una She-Hulk quizá no sea del todo color «de rosa (o verde)». Hasta el momento la serie ha situado al personaje en un contexto (realista) en donde ser una mujer ya viene con dificultades. Pero ahora se propone que Walters también deberá enfrentarse a los prejuicios que conlleva ser una superhéroe.
El capítulo inicia cuando Walters es despedida de su trabajo. La razón es que su condición como mujer verde, funciona más como un distractor que como una ventaja para su profesión como abogada. Su jefe argumenta que el jurado, después de ser salvado, ha sido condicionado en su favor y por ello el juicio tuvo que ser anulado. Sin embargo, pronto recibe otra propuesta de empleo. Un lugar en el prestigioso bufete GLK & H en donde comandará la recién creada División de Leyes Sobrehumanas.
Su nuevo empleo deviene en dos conflictos. El primero es que se le pide asistir en todo momento con su apariencia verde, porque de ahora en adelante se encargará de defender superhéroes en la corte. Y el segundo, es que su primer caso será conseguir la libertad condicional para Emil Blonsky (Abominación), quien fuera el supervillano que enfrentó su primo Bruce Banner por allá del lejano 2008.
El conflicto de intereses arriba con fuerza. Walters se decepciona al darse cuenta de que solo consiguió un nuevo trabajo por sus atractivas características sobrehumanas. Por otro lado, ahora debe defender a alguien que en algún punto quiso asesinar a su primo. Sin embargo, la necesidad de trabajo es grande y la trama expone que en el mundo no existen los blancos y negros, sino toda un área gris que debe ser explorada y superada todos los días.
Hasta el momento la nueva serie de Marvel y Disney Plus se ha distinguido por su discurso y por esa suerte de comedia más cercana a la sitcom. Ambas nociones reforzadas con la emisión del segundo capítulo. Mientras que el show creado por Jessica Gao encuentra nuevas formas de hacernos reír, al mismo tiempo brinda mayor presencia a los personajes secundarios, desarrolla la historia e incluso se permite la inclusión de mil referencias.
Su formato de comedia es algo que nos recuerda a los primeros episodios de WandaVision por su duración poco menor a los 30 minutos. Pero aquí va más allá con detalles como el montaje, el rompimiento de la cuarta pared, el timing de los diálogos y el tratamiento de su historia.
Una de las particularidades con las que cuenta el programa es su habilidad para retratar problemas mundanos. A pesar de que el personaje tiene habilidades especiales, sus historias se enfocan en las dificultades que tendría cualquier persona normal. Esto es una característica que tiene She-Hulk desde sus aportaciones al papel y que los guiones de Gao han sabido trasladar aquí muy bien. El mismo guion apuntala situaciones de la vida adulta, que deberían ser duras o deprimentes, pero que aquí se usan para crear risas con pinceladas de humor negro.
Existe un balance bien establecido entre lo que se supone debería dar risa y aquello que debe funcionar desde el punto de vista emocional. Casi como si se tratara de una tragicomedia, la vida de Jennifer Walters resulta muy atractiva de ver, en sus grandes y pequeños detalles. Algo que se resalta en su escena poscréditos.
A decir verdad, lo anterior resulta en un triunfo para la escritores de la serie. Entre manos tienen un material que bien pudo enfocarse en las risas de pastelazo, o no encontrar el equilibrio entre su tono y el resto del MCU. El episodio pasado funcionó como una suerte de sketch/prólogo en donde se condensó en origen del personaje. Pero éste se encarga de colocar al personaje en la acción. Una superhéroe que debe enfrentar las mismas dificultades, miedos y aspiraciones que el público en general.
Precisamente la misma serie ha tratado de distinguir a Jennifer Walters del resto de los héroes de este universo. Por alguna razón Walters analizó en el episodio pasado la vida de Steve Rogers y llegó a la conclusión de que no perdió la virginidad porque siempre estuvo ocupado salvando al mundo. Ella misma se desprende de un destino similar y se preocupa por conseguir un trabajo, llevar una vida común y emborracharse con sus amigos en un bar.
Los guiones de Gao aprovechan este tipo de situaciones para profundizar en los personajes. Desde una escena con alcohol en un bar; hasta una cena familiar en donde incomodidad y comedia son los principales protagonistas.
Desde luego los fanáticos de Marvel deberían estar contentos. La serie cuenta con un sinnúmero de referencias a las historias de las páginas. Pero también con varias a las películas del estudio. Una muy particular además pone de manifiesto que la comedia de She-Hulk en su episodio 2 es autoconsciente y referencial.
Durante una llamada telefónica Bruce Banner le asegura a Jennifer que no es el mismo «que era hace 15 años… literalmente». De esta forma el guion rememora al olvidado Edward Norton y resuelve de paso esa explicación que nunca llegó sobre el cambio de rostro para el personaje. Otros recuerdos que regresan de El increíble hulk (2008) son nada menos que Emil Blonsky en la piel de Tim Roth. El actor se apropia del personaje desde un punto de vista distinto. Reformado, amistoso y con ganas de llevar una vida pacífica.
Claro que las cosas se complicarán para la defensa de Blonsky en la corte. Y es que así She-Hulk adelanta desde su episodio número 2 que las grandes batallas de Jennifer serán especialmente ante juez y jurado. Tal cual una serie de abogados. Marvel apuesta por la espectacularidad histriónica, la comedia inteligente y sobre todo por la exploración de los humanos, dentro de un universo de superhéroes.
Los nuevos episodios llegan todos los jueves a Disney Plus.
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