En una escena Jennifer Walters (Tatiana Maslany) voltea a la cámara y le pregunta al público: «También lo sienten, ¿verdad?». Y seguramente todos los espectadores lo sintieron. Por fin la emoción de ver el sueño realizado. Uno de los crossovers más esperados. Ya sea fans de She Hulk o de Daredevil, el episodio 8 tuvo algo para todos y estuvo especialmente diseñado para complacer a todo el mundo.
Después de muchos episodios de espera, por fin el diablo de Hell’s Kitchen aterrizó en la serie creada por Jessica Gao. Para muchos la tarea por delante, era motivo de preocupación. Una en donde se tendría que insertar a un personaje tan oscuro y solemne en un show de televisión que obedece los tonos y las reglas de la sitcom. Por fortuna los creadores demuestran un dominio perfecto de sus personajes y la reunión se traduce probablemente uno de los mejores episodios hasta el momento.
En el episodio 8 de She Hulk nuestra abogada favorita debe representar en la corte a un pseudo superhéroe con temática de rana. El problema es que su super traje lo traiciona y le provoca quemaduras en plena misión. Indignado decide demandar al creador de dicho traje por negligencia de producto defectuoso. Y ese diseñador no es otro más que Luke Jacobson (Griffin Matthews).
Lo anterior pone a Jen en serios problemas. Como cliente de Luke no está muy contenta de enfrentarse con él en la corte, pero su jefe le obliga al tomar el caso. Además le preocupa que la disputa resquebraje su relación y pueda perder así al único súper diseñador capaz de fabricarle un vestido de gala. Sin embargo, al llegar deberá a enfrentarse también con Matt Murdock (Charlie Cox), el abogado defensor favorito de todos los fans.
La llegada de Matt Murdock es manejada con gracia por el guion de Cody Ziglar y la dirección de Kat Coiro. A pesar de que el personaje pertenece a una tonalidad narrativa diferente, la dinámica que tiene con Jennifer en la corte es bastante graciosa y medida. La química que existe entre ambos personajes es una señal absoluta de que Marvel Studios sabe cómo manejar y usar a sus personajes de la forma que le plazca.
Sin embargo, la dinámica de entre She Hulk y Daredevil en el episodio 8 es todavía mejor. Sin importar que la serie sea de comedia, con anterioridad ya ha mostrado ser incisiva con su humor. Y así lo es también con la violencia. Aprovecha la llegada del diablo de Hell’s Kitchen para subir las dosis en las escenas de acción y crear un equipo salvaje con ambos personajes.
Dichos momentos están repletos de golpes, pero también de mucha gracia. En una secuencia el dúo se enfrenta a un grupo de malhechores y debaten las reglas judiciales con las que podrían condenar a un sujeto, al tiempo que reparten golpes y realizan acrobacias frente a la cámara. Así la serie deja de manifiesto que sus héroes lo son tanto en la calle, como en la corte.
Los fanáticos estarán complacidos con la muchas referencias que se hacen a la malograda serie de Netflix. Desde el rescatado tema musical compuesto por Joe Paesano; hasta una pelea cuerpo cuerpo del superhéroe contra otro grupo, en el espacio de un singular pasillo. Esta vez con iluminación azul.
Tanto Tatiana Maslany como Charlie Cox hacen un buen trabajo con sus papeles. La química entre ambos es evidente, tanto así que Jennifer Walters constantemente rompe la cuarta pared para hacérnoslo notar. Además la resolución de su encuentro le hace honor a sus contrapartes de los cómics, llevándolos a ambos hasta una escena de intimidad.
El episodio 8 de She Hulk también tuvo otra serie de guiños y referencias ajenas a Daredevil. Los fanáticos más acérrimos habrán notado la mención de Red Hulk, o la forma en la que Nikki colocó sobre sus manos una serie de cosméticos para recordarnos a Wolverine (¿Anunciando su regreso?).
Justamente la historia no concluye con la aventura con Matt Murdock. La protagonista rompe la cuarta pared para preguntarse por qué el episodio es más largo de lo normal y ha roto sus propias reglas. Anticipa quizás que algo malo puede suceder o que un giro de tuerca está listo para hacer aparición.
Jennifer no se equivoca. El final del episodio representa el último escalón en un narrativa que lleva en construcción desde varias entregas atrás. Nuestra She Hulk recibe una especie de ataque que desata su furia y deja perplejos a conocidos y extraños. Lo anterior es el último grano de arena que anticipa la confrontación que veremos en el final de temporada.
En este capítulo el nivel de confidencia y complicidad que existe entre Walters y el espectador, luego de mucho romper la cuarta pared, es alto. Por ello cuando la protagonista pierde el control y asusta a todos, incluyéndose a ella misma, su primera reacción es voltear a la cámara y buscar al espectador en busca de ayuda. Un detalle increíble que funciona como el mejor de los cliffhangers.
El episodio final de She Hulk llegará la próxima semana a Disney Plus.
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